En los quirófanos, la prioridad número uno es la asepsia, es decir, mantener el entorno libre de gérmenes y contaminación para proteger al paciente y al equipo médico. Aquí es donde cobra importancia un elemento esencial: el Contenedor RPBI con pedal. Usar las manos para abrir un bote de basura, incluso uno de RPBI, es impensable en un entorno donde la esterilidad es vital. El pedal elimina ese riesgo por completo.
El problema del tacto ¿Por qué no hay que tocar un Contenedor RPBI?
- Riesgo de Contaminación Cruzada: Si el personal de quirófano, que ha tocado residuos infecciosos, luego toca la tapa del bote, esa tapa se contamina. Si alguien más toca esa tapa y luego un instrumento o una superficie estéril, la contaminación se esparce.
- Prioridad a las manos: En un quirófano, las manos del personal son las herramientas más importantes. El contenedor RPBI con pedal permite al equipo desechar el material sin interrumpir sus tareas ni arriesgar la esterilidad de sus guantes, que pueden estar destinados a tocar material limpio inmediatamente después.

Ley de no contacto
Aunque la NOM-087-ECOL-SSA1-2002 que regula los RPBI no obliga directamente a que todos los contenedores sean de pedal, el principio de “no contacto" es un estándar de oro en cualquier manual de bioseguridad hospitalaria, especialmente en zonas críticas como el quirófano y las áreas de aislamiento. El pedal está pensado para optimizar el flujo de trabajo en ambientes de alto riesgo:
- Eficiencia y Velocidad: El pedal permite una apertura instantánea, fundamental durante una cirugía, donde los residuos se generan a gran velocidad y la acción debe ser inmediata y precisa.
- Contención Total: Una vez que el pie se retira del pedal, la tapa se cierra inmediatamente, conteniendo olores y aerosoles.
- Cumplimiento Físico: Al usar un contenedor RPBI cerrado con pedal para depositar bolsas rojas, se garantiza que estos residuos nunca estén expuestos al aire o al ambiente, un requisito básico de la norma.

Contenedores RPBI de pedal
El uso del pedal en los contenedores RPBI no solo cumple un requisito de higiene, sino que ofrece una capa extra de protección que puede reducir drásticamente las infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS).
Un entorno donde se minimizan los puntos de contacto es un entorno más seguro, más profesional y, a largo plazo, más económico para el hospital, ya que evita costosos tratamientos por infecciones.
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